domingo, 2 de diciembre de 2012

Sistema oseo o esquelético




En biología, el esqueleto es el sistema biológico que proporciona soporte y apoyo a los tejidos blandos y músculos en los organismos vivos. El sistema esquelético tiene funciones de locomoción, sostén y protección. Los vertebrados presentan un esqueleto interno o endoesqueleto, constituido por huesos, que se unen entre sí por las articulaciones. La ciencia que se encarga de estudiar los huesos se denomina osteología


Los huesos están formados por unas células denominadas osteocitos, que se forman a partir de la diferenciación de los osteoblastos. Entre las sales minerales que componen los huesos destacan sales de calcio, carbonatos y fosfatos. La deficiencia de estos minerales en los huesos puede dar lugar a que sean menos resistentes.



Los sistemas esqueléticos se clasifican comúnmente en tres tipos: Externos ,Interno ,Esqueleto fluido o hidrostático. 
Además, existen otros tipos que no son capaces de soportar estructuras importantes: 
Esqueleto de sales y minerales. Esqueleto Quitinoso. Esqueleto Axial Esqueleto externo

Exoesqueleto

Los sistemas externos soportan proporcionalmente menos peso que los endoesqueletos del mismo tamaño; por esta razón los animales más grandes, como los vertebrados tienen sistemas esqueléticos internos.

Los principales ejemplos de exoesqueleto se encuentran entre los artrópodos, algunos invertebrados, en los que el exoesqueleto forma una caparazón o estructura externa que protege a los órganos internos.
Teniendo en cuenta que los exoesqueltos limitan obviamente el crecimiento del animal, las especies con esta característica han desarrollado evolutivamente variadas soluciones. La mayoría de los moluscos tienen conchas calcáreas que acompañan al crecimiento del animal mediante crecimiento en el diámetro manteniendo su morfología. Otros animales, tales como los artrópodos abandonan el viejo exoesqueleto al crecer, proceso que se conoce como "muda". El nuevo exoesqueleto se endurece mediante procesos de calcificación y esclerotización.


El exoesqueleto de un artrópodo presenta frecuentemente extensiones internas, que se conocen como endoesqueléticas, aunque no constituyan verdaderamente un endoesqueleto.



Un esqueleto interno consiste en estructuras rígidas o semirígidas dentro del cuerpo, que se mueven gracias al sistema muscular. Si tales estructuras están mineralizadas u osificadas, como en los humanos y otros mamíferos, se les llama huesos. Otro componente del sistema esquelético son los cartílagos, que complementan su estructura. En los seres humanos, por ejemplo, la nariz y orejas están sustentadas por cartílago. Algunos organismos tienen un esqueleto interno compuesto enteramente de cartílago, sin huesos calcificados, como en el caso de los tiburones. Los huesos y otras estructuras rígidas están conectadas por ligamentos y unidas al sistema muscular a través de tendones.


El esqueleto del hombre es interno, por lo tanto se denomina endoesqueleto, es una estructura que esta unida por huesos, los cuales forman un armazón resistente y al mismo tiempo presenta articulaciones Esqueleto fluido o hidrostatico




El hidroesqueleto consiste en una cavidad llena de fluido, celomática o pseudocelomática, rodeada de músculos. La presión del fluido y la acción de los músculos que la rodean, sirven para cambiar la forma del cuerpo y producir un movimiento como cavar o nadar. La sucesiva contracción de diversos metámeros, que están provistos de haces de fibras musculares circulares y longitudinales, estirando y engrosando partes del cuerpo, le permiten desplazarse en horizontal. Los esqueletos hidrostáticos tienen un rol en la locomoción de los equinodermos (estrellas de mar, erizos de mar), anélidos, nemátodos y otros invertebrados. El hidroesqueleto tiene similitudes con los músculos hidrostáticos.


Es característico de organismos celomados como los anélidos. Estos animales pueden moverse contrayendo los músculos que rodean la bolsa de fluidos, creando una presión dentro de la misma que genera movimiento. Algunos gusanos de tierra usan su esqueleto hidrostático para cambiar de forma mientras avanzan, contrayendo y dilatando su cuerpo.


Clasificación de los huesos según su forma

Huesos Largos: son estructuras tubulares donde predomina la longitud sobre el espesor y el ancho. Constan de la diáfisis que es la parte cilíndrica, larga y principal del hueso. Las epífisis que son las terminales proximales y distales del hueso. La metáfisis que son las regiones del hueso donde la diáfisis se une con la epífisis y usualmente se consideran las zonas de crecimiento.


Los huesos largos también tienen el cartílago articular, que es una capa fina que cubre la zona de la epífisis donde un hueso se articula con otro. El periostio es una vaina dura de tejido conectivo denso e irregular que envuelve la superficie ósea en los lugares que no están cubiertos por cartílago. La cavidad medular es el espacio dentro de la diáfisis que en los adultos contiene la médula ósea amarilla. El endostio es una fina membrana que limita la cavidad medular, que contiene una sola capa de células formadoras de hueso y tejido conectivo .
La mayor parte de los huesos largos se encuentran en los miembros superiores e inferiores . Este tipo de huesos incluyen el fémur, el húmero, las falanges y la clavícula.

Huesos Cortos: son estructuras cuboides, de volumen restringido y sus tres ejes (largo, espesor y ancho) son semejantes . Este tipo de huesos incluyen las vértebras, los carpos y los tarsos .






Huesos Planos: son estructuras cuyo espesor es reducido, con predominio de la longitud y el ancho . Estos huesos Ejercen funciones protectoras de otros órganos. Tienen dos capas de periostio y entre ellas una capa de hueso esponjoso que aloja la médula ósea. Este tipo de huesos incluyen el cráneo, el pubis, las escápulas, el ilion y el esternón. Estos dos últimos se consideran los más ricos en médula ósea.







Huesos Irregulares: son aquellos huesos que por su forma no pueden clasificar en otro tipo. Los huesos que forman la cara  y el vicerocráneo pertenecen a este tipo.



Huesos Sesamoideos: son huesos de reducidas dimensiones, considerados una variedad de los huesos cortos. Se encuentran en las articulaciones, donde los tendones cruzan los extremos de los huesos largos. La patela, situada en el tendón de los cuádriceps, es el hueso sesamoideo más grande. El hioides es otro ejemplo de huesos de este tipo, sin embargo también se considera un hueso corto, plano e irregular.



Clasificación de los huesos según su estructura

Según su estructura, los huesos pueden clasificarse en hueso esponjoso y hueso compacto. El primero está formado por trabéculas óseas de aproximadamente 0.1 a 0.5 mm. En esas regiones es donde se aloja la médula osea. El hueso compacto está formado por láminas óseas rígidas.







Todos los huesos tienen ambos tipos de hueso o tejido. En los huesos largos, el tejido esponjoso tiende a localizarse en las epífisis, mientras que el tejido compacto predomina en las diáfisis. En el caso particular de la bóveda craneal, el hueso esponjoso se conoce como diploe.




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